por Omar Gandarilla
Latinoamérica es hogar del 10% de la población mundial, pero contribuye solamente un 5% al conocimiento científico global, usando como medición la cantidad de publicaciones científicas y patentes. La región esta sub representada en el escenario global en ciencia, tecnología e innovación. Si miramos hacia fuera de Latinoamérica vemos que los latinos también siguen siendo una minoría en las diversas áreas científicas. Muchas intervenciones han sido diseñadas en un intento por minimizar esta brecha, pero no han tenido mucho éxito.
Existen ciertas razones que podrían explicar los diversos motivos por los cuales estas medidas no han incrementado la producción cuantitativa y cualitativa de ciencia en la región. El establecer las bases fundamentales de la educación científica en los países en desarrollo se topa con desafíos como, los limitados recursos que se requieren para aplicar un currículo efectivo, y que el mismo debería adaptarse al contexto social, económico y político de cada región específica.
De entre los países que componen Latinoamérica, Bolivia representa un interesante caso a examinar, con una población que comprende 36 distintos grupos indígenas que componen el 70% de la población componiendo el país más diverso de Latinoamérica. A estas características demográficas se le suma el hecho de que las ciudades bolivianas se proyectan a ser las economías de más rápido crecimiento para 2030.
A pesar de estos indicadores que reflejan el desarrollo, actualmente el país arroja en la medición un 0.22% de producción científica y produce un índice muy bajo de patentes anuales. Esto intuitivamente nos lleva a pensar que la causa directa podría ser la falta de inversión económica, la realidad nos muestra que la inversión en educación en Bolivia alcanza 8% del PIB, la más alta en la región e incluso más alta que en países desarrollados.
Actualmente el país no implementa exámenes estandarizados de educación que se usan para evaluar a los estudiantes y así tener una idea de la efectividad del sistema educativo, al carecer de estas métricas el análisis se hace más subjetivo. A pesar de tener educación gratuita y haber tomado diversas medidas para retener a los estudiantes en el colegio y universidad, los centros educativos superiores no consiguen su objetivo y Bolivia es el país latinoamericano en que el número de estudiantes que abandonan la universidad es mayor al número de los que la concluyen. Otra observación importante es que las universidades bolivianas se ubican en los lugares más bajos cuando son colocadas en rankings internacionales. Por todo lo mencionado Bolivia ilustra un claro ejemplo de los desafíos en educación en los países en vías de desarrollo.
El trabajo que hemos publicado, incluye una colaboración con 14 instituciones extranjeras, se enfoca en entender al joven boliviano y sus perspectivas en carreras en ciencias. Además, evaluamos el conocimiento en ciencias de estudiantes de colegio y universidades donde identificamos fallas mayores incluyendo que los estudiantes universitarios en carreras en ciencia no se desempeñan mejor que estudiantes colegiales en las mismas pruebas. También proveemos una información detallada de cómo entrenar profesores y realizar cursos que efectivamente transmiten información compleja y avanzada a estudiantes de distintas edades. Importantemente, vemos que la receta dada es mejor en trasmitir conocimientos que cursos equivalentes enseñados en universidades bolivianas.
Finalmente mostramos que el trabajo de Clubes de Ciencia Bolivia entusiasma a estudiantes a seguir vocaciones científicas. Creemos que este trabajo podrá informar tanto a gobiernos como instituciones educativas tanto en Bolivia como en otros países en desarrollo de cómo efectivamente implementar modelos educativos para enseñanza en ciencias a bajo costo y de manera escalable.
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